Vivir en Madera

La carta de perdón a México del papa Francisco

POR: Bernardo Barranco V.

Triunfó la diplomacia. El papa Francisco envío una breve carta en la que ofrece disculpas al pueblo mexicano. Así lo dijo el pontífice argentino: “En diversas ocasiones, tanto mis antecesores como yo mismo, hemos pedido perdón por los pecados personales y sociales, por todas las acciones u omisiones que no contribuyeron a la evangelización”. El mensaje fue leído por el cardenal Rogelio Cabrera, arzobispo de Monterrey y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), con motivo del aniversario 200 de la Independencia. Para AMLO es un éxito, porque muchos lo ridiculizaron por las audaces demandas que hizo a España y al Vaticano. En un primer momento, en ambos estados hubo rechazo; más tajante el español que la suavidad diplomática de la Santa Sede.

Aunque, hay que decirlo, no es lo que López Obrador solicitó. Francisco aprovechó en su misiva revirar y, si bien reconoció “pecados” de la Iglesia, también demandó agravios a los católicos en México de la siguiente manera: “En esa misma perspectiva, tampoco se pueden ignorar las acciones que, en tiempos más recientes, se cometieron contra el sentimiento religioso cristiano de gran parte del pueblo mexicano, provocando con ello un profundo sufrimiento”.

¿A qué acciones de agravio se refiere el Papa? Así como el gobierno ha demandado disculpas por los excesos de la conquista en detrimento de los habitantes mesoamericanos. Suponemos, el Papa podría pedir al gobierno mexicano se excusara por los excesos que cometió contra la resistencia católica durante la guerra cristera ¿El Papa podría demandar disculpas del gobierno mexicano por los excesos en la guerra cristera? Francisco mismo da una sensata respuesta: “Pero no evocamos los dolores del pasado para quedarnos ahí, sino para aprender de ellos y seguir dando pasos, vistas a sanar las heridas, a cultivar un diálogo abierto y respetuoso entre las diferencias, y a construir la tan anhelada fraternidad, priorizando el bien común por encima de los intereses particulares, las tensiones y los conflictos”.

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Sin duda, el texto y el tono de Francisco no serán del agrado de los españoles. Los sectores conservadores sostienen con orgullo que España liberó de la barbarie mexica y aportó civilización a los habitantes oriundos de estas tierras americanas.

A pesar de que no fue lo que AMLO demandó, el lance de Francisco es un éxito de la diplomacia de ambos estados. El Presidente mexicano emplazó, desde marzo de 2019, que España y la Iglesia católica pidan perdón a los pueblos originarios por los abusos, excesos y brutalidad que se registraron durante la conquista. En octubre de 2020, en la visita de la señora Beatriz Gutiérrez Müller, una nueva carta solicitó la rehabilitación y reconocimiento de la figura histórica de Miguel Hidalgo. A pesar de que ninguna petición se cumplió, la carta de Francisco es una poderosa señal de entendimiento. Por un lado, hay que reconocer el oficio de Alberto Barranco Chavarría como embajador ante la Santa Sede. Porque no es fácil penetrar los espesos muros del Vaticano que se mantienen inamovibles por siglos. Por otro lado, los buenos oficios del nuncio apostólico Franco Coppola. Su trabajo, de ida y vuelta fue determinante para llegar a una fórmula favorable para ambas entidades.

Probablemente, el acuerdo se haya orientado hacia la próxima conmemoración de los 500 años de las apariciones de la Virgen de Guadalupe en el cerro del Tepeyac. Es una hipótesis. El Papa así lo expuso en la misma carta: “quisiera destacar otro acontecimiento que marcará sin duda todo un itinerario de fe para la Iglesia mexicana en los próximos años: la celebración, dentro de una década, de los 500 años de las apariciones de Guadalupe. En esta conmemoración, es bello recordar… la imagen de la Virgen de Guadalupe tomada por el Padre Hidalgo del Santuario de Atotonilco. María de Guadalupe, la Virgen Morenita, dirigiéndose de modo particular a los más pequeños y necesitados, favoreció la hermandad y la libertad, la reconciliación y la inculturación del mensaje cristiano, no sólo en México sino en todas las Américas”. Una década es mucho tiempo, pero para los preparativos no ¿El gobierno de la 4T se sumará apoyando los preparativos con miras a diciembre de 2031?

El lance de Francisco con la 4T puede tener otra lectura. La distensión de las relaciones entre la Iglesia católica y el gobierno actual. La Iglesia católica fue sacudida por la apertura de la administración de López Obrador hacia las iglesias evangélicas. Al principio se descontroló y tuvo reacciones airadas contra el gobierno. La audaz apertura desde la campaña presidencial hacia los evangélicos, incomodó a una jerarquía acostumbrada a las prerrogativas y privilegios del Estado. AMLO matizó el predominio de los intereses católicos y el arropo a la cúpula católica, acostumbrada a las complacencias y prerrogativas condescendientes. Privilegios que, por cierto, fueron duramente criticados por el papa Francisco cuando visitó México en febrero de 2016, en un contundente mensaje en Catedral. Los obispos rechazaron distribuir la Cartilla moral de Alfonso Reyes. “Tenemos otras prioridades”, indicó categórico, en 2019, el secretario de la CEM, Alfonso Miranda. El vicepresidente de la misma CEM, Carlos Garfias Merlos, de manera sorprendente aseguró que la iniciativa de la evangélica red Confraternice para distribuir la cartilla, sí vulnera el Estado laico. Revelador que la Iglesia católica pida respetar la laicidad del gobierno cuando lleva décadas pretendiendo imponer su agenda de libertad religiosa sobre la laicidad en el espacio público. Tal parece que se percibirán nuevos tiempos entre la 4T y la Iglesia católica.

 

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Con información de: www.jornada.com.mx

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